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Montevideo, Uruguay
Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-

miércoles, 22 de agosto de 2012

NO ES CIERTO


No es cierto que no ríen.
Alcanza haberla visto en el momento justo para advertir incluso, sus gestos de sorpresa.
Allí llegamos juntas y sobre la vereda, dentro de unos cajones lucían los tesoros: orejitas de cerdo, palitos de colores, roscas y galletitas de todos los sabores. También había juguetes, pelotas y peluches, collares y mordillos en bolsas y en estuches.
Cuando al fin se dio cuenta, me miró sorprendida. Olió, metió el hocico y luego lentamente eligió el que quería.
Era como una niña, incrédula, inocente y un aire de alegría en la cara le vi. Y aunque, la muy bandida se hace la indiferente, el vaivén de su cola la delató feliz.
No es cierto que no ríen, alcanza haberla visto...
Volvimos por la calle y oronda con su hueso, se mostró vanidosa, orgullosa y pueril,
porque es como una niña llevando su trofeo y ahora estoy segura que yo la vi reír.


*

2 comentarios:

  1. No soy un gran conocedor de los perros, pero siempre me dieron la impresión de estar serios, meditando, mirándonos atentos para intentar comprendernos. También yo pensaba, por tanto, que no reían. Hasta que nos sacaste del error. Bonito y sencillo texto, que se lee con agrado. Y, como siempre, muy bien escrito. Saludos, Alicia.

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  2. Hola Juan, ya veo que en mi ausencia, has conocido a mi pequeña compañera. Nunca quise tener una mascota porque siempre entendí que a partir del momento que lo hiciera, cambiaría totalmente mi vida y así fue. Nos hemos ido conociendo de a poco y también me ha sorprendido comprobar que tienen una serie de gestos con los que logran comunicarse. En nuestro caso, sucede que ya nos comprendemos tan solo con mirarnos y hoy me pregunto ¿cómo he podido vivir tanto tiempo sin ella?
    Gracias por volver, te mando un beso grande, Juan.

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