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Montevideo, Uruguay
Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-

jueves, 1 de mayo de 2014

LA NUEVA VIDA




En medio de las sombras crepusculares y húmedas de la selva,
entre la densa niebla extrañamente tibia que condensa en los troncos y las lianas salvajes,
nubes de esporas suspendidas en el aire buscan su lecho en el enredado suelo.
Zumban los insectos y los monos chillan histéricos al despuntar el día.
La piedra que hasta ayer estaba seca o muerta,
hoy es fuente y origen, manantial de agua fresca.
Una gota aparece en la gruta sombría y con otras encausan su más libre albedrío
y perdiendo su esencia de la débil molécula son caudaloso río, cascada o remolino.
Por debajo, en lo más recóndito del sustrato, en un nido esmeralda de musgos y resacas
una mano invisible, brutal y poderosa se arraiga por impulso vital o divino mandato.
Crece.
Crece sumido en el silencio, rodeado del espanto de soledad silvestre.
Crece, va dejando su huella en este mundo nuevo: su cuna herida, su sombra, su perfume clorofílico y a medida que crece y se alargan sus frondas, aprende a convivir con la fiera y el viento, con la lluvia furiosa y con el rayo de luna.


*

9 comentarios:

  1. Lo tuyo me trae a Marosa di Giorgio. Es tangible pero escurridizo, jugando con los elementos. un gusto

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  2. Te agradezco mucho el comentario porque en esa comparación inmerecida está el elogio. Quisiera yo tener el dominio literario de ella.
    Otra vez gracias.
    Ali.

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  3. Tu texto, me hace acordar a Juana... “Selva; he aquí una palabra húmeda, verde, fresca, rumorosa, profunda. Cuando uno la dice, tiene en seguida la sensación del bosque todo afelpado de musgos, runruneante de píos y de roces, lleno de los quitasoles apretados y movibles de las copas de los arboles, bajo las cuales las siestas ardientes son tan dulces y donde es tan grato, tan grato, tenderse a soñar. ¡Selva! ¡Oh, Dios mío, qué palabra tan alegre y tan fresca! ¡Qué palabra para mí tan llena de reminiscencias!"

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  4. Juana recordaba su juventud, añoraba su libertad de cuando era una "chicuela salvaje", tenía una sensibilidad superlativa que sabía trasmitir con entusiasmo y nos conmovía hasta el alma. Su Selva estaba llena de sonidos, texturas, sabores, perfumes y paisajes, entonces nuestros sentidos rebosaban de selva, de bosque, de vida, de sueños.
    Quien lleve ese nombre "Selva", debe sentir que Juana está muy cerca.
    Muchas gracias por tu lindo comentario.

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  5. Solamente diré BELLO. Un placer leerte después de mucho tiempo. Desde Galicia un beso.

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  6. Muchas gracias Tiguaz, otro beso para ti desde la pequeña y otoñal Montevideo.

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  7. La vida, sin más. Todo eso, descrito en unas tenues, frugales palabras. Desde el origen hasta la plenitud. Vida, ni más ni menos. Todo descrito, analizado, aprendido y comprendido en un pequeño y, como siempre, bello texto. Genial habilidad la de expresar tanto en pocas palabras.
    Un saludo, Alicia.

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  8. Vida, es eso simplemente; vida que en cualquier instante aparece de la nada y no importa donde, puede ser aquí o en lo más recóndito de otro planeta. Alcanza que algunos elementos se conjuguen para que la milagrosa vida comience a transformar el medio donde surja.
    Saludos, Juan.

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  9. Llevo el nombre SELVA y mi padre me dijo que lo había elegido por ser verde y fresco. Hoy recuerdo las palabras de José Eustasio Rivera: "Selva, madre de la soledad y el silencio". Estuve en la selva panameña, y en verdad, nada de eso sucedió!!!

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