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Montevideo, Uruguay
Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-

sábado, 4 de julio de 2009

JUANA



(A mi abuela Etelvina)


Hoy colgué el cuadro de mi abuela
en la infinita pared de mis recuerdos;
tiene un marco ovalado y trabajado
con motivos de lises y arabescos.-

Todo su cuadro parece un gran camafeo de aquéllos que colgaban las jóvenes al cuello con cintas de terciopelo y al asegurarlo a la pared, quedamos frente a frente, mirándonos, reconociéndonos.- Ella sepia, robusta, llena de ilusiones y yo adulta, buscando en mis colores, el tono del recuerdo.-
- ¿Cómo está hoy?
- Celeste con dos nubes blancas como corderos que corren por la inmensidad del cielo y el sol…
- Ya sé, el sol está brillando como bola de fuego.-
- ¿Cómo sabes abuela?
- Lo sé porque lo siento tocando el muro tibio, lo sé porque lo siento tan cerca de mi cuerpo, que hay veces que me olvido que ya no puedo verlo.-
Los ojos de mi abuela sufrieron el proceso de los que quedan ciegos, se fueron apagando en un misterio negro.-
Ella aprendió el secreto de caminar a tientas, midiendo las distancias con los brazos abiertos y contando los pasos con silencios discretos, al punto que la gente que no la conocía, difícil se enterara de sus ojitos muertos.-
Qué triste sentimiento a mí me provocaba, llegar hasta su casa y ser casi auscultada por sus pequeñas manos ansiosas de medirme y siempre me prohibía que yo me presentara.- Se tomaba su tiempo mientras me adivinaba con sus caricias locas como de mariposa y al llegar a mi pelo, a mi trenza sedosa, jubilosa decía:
- ¡Qué grande estás Alicia!
Y ahora, frente a frente, me mira y se da cuenta que soy la misma niña que acunaba en sus brazos, mientras la fiebre ardía.- Ahora más que antes me ve con claridad, recuerda aquella tarde que solas nos quedamos y aprendí a caminar.-
La dejo suspendida, intacta en mi memoria, salteándome cuarenta años de mi vida y la veo tan joven detrás de aquellos lentes y digo simplemente:
- Te quiero todavía.-

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